Lo que empezó con un hartazgo de tantos fallos al hacer un backup de mis recuerdos en la Nube, se ha convertido en esta serie de artículos técnicos que tiene pinta de continuar durante un buen rato. Pasando del código puro a reflexiones más estratégicas o de negocio.
La razón de realizar este proyecto es que no consigo encontrar un buen sincronizador de fotos y vídeos con los diferentes repositorios en la Cloud a los que estoy suscritos.
No es que tenga mucho material multimedia, pero estoy cerca de superar el Terabyte en requisitos de almacenamiento, y tengo bastante más de 37.000 ficheros. (Si, le doy caña al dedo índice derecho).
Enunciado del problema
Antes de la llegada del LG Optimus Windows Phone 7 – mi primer smartphone funcional – todas las fotos provenían de alguna de las diferentes cámaras que han pasado por mis manos. Y como backup llevo años utilizado dos discos duros externos.
El aterrizaje de los teléfonos modernos que son más que capaces de hacer fotos y vídeos de calidad aceptable para un lego, se juntó con la llegada del almacenamiento gratuito en la Nube. Lo cual me ha llevado a tener sincronizados mis recuerdos visuales en los diferentes repositorios que cada sistema operativo “aconseja”.
Así, poco a poco y con dificultad, he ido subiendo copias de seguridad desde los discos duros a diferentes repositorios (Picassa, Google Fotos, OneDrive o Flirck).
Pero realmente lo que me ha llevado a construir mi propio sincronizador es que en todos los casos el subir centenares de megas y miles de ficheros a un solo repositorio me ha sido imposible.
Añadiendo además, las mensualidades (altas a mi entender) que debería abonar para acceder a los servicios premium que me aseguran la calidad de transmisión y espacio necesario; en comparación con utilizar las suscripciones Cloud gratuitas que tengo a mi alcance.
Aprender haciendo
La segunda motivación, y es casi tan importante que la primera, es que mi rol laboral actual me tiene alejado del picar código. Mucha teoría, mucha lectura de conceptos, mucha capacidad de comunicación y transmitir valor y visión, pero poco ensuciarse las manos.
Por ello cualquier excusa es buena para construir con mis manos y mi mente. Para aterrizar en el mundo real lo que quiero hacer, cómo lo quiero hacer, porqué lo quiero hacer y enfrentarme a decisiones basadas en la experiencia, y no solo en lo que dicen en los libros o en los blog de renombrados gurús.
Además, al hacerlo colectivo, me viene bien una buena ducha de humildad al exponer mis miserias como programador, mis errores y mis fallos ante gente que respeto y aprecio mucho en su opinión. Que, ya están demostrando, que no solo saben mucho, si no que les gusta volver a las raíces, a lo sencillo, a lo inicial.
Y estos son los motivos y la semilla de donde ha salido UniversalSync, y esta serie de artículos. Nos vemos en el próximo.
[…] Razones que me han llevado a UniversalSync […]
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[…] El origen y motivo de meterme en UniversalSync ha sido, por una parte, poner en práctica cosas que solo conozco a nivel arquitectónico – es decir, teoría, solo teoría – y por otra el poder almacenar de forma fiable, y sencilla las decenas y decenas de Gigabytes que tengo de ficheros de Imágenes y Vídeos. […]
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[…] disfruto como un auténtico enano de que me paguen por aprender todo lo posible, voy a rearrancar UniversalSync para ganar práctica […]
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[…] re-arrancado UniversalSync y lo he pasado todo a asíncrono utilizando async/await. Así he conseguido que las cosas vayan […]
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